Las hormonas se pueden clasificar en cuatro grandes categorías: peptídicas, esteroideas, amínicas y los ácidos grasos cíclicos. En el caso de las hormonas peptídicas, los genes codifican el ARNm, que a continuación es traducido en los precursores peptídicos. Las hormonas esteroideas derivan del colesterol o 7-deshidrocolesterol y las amínicas de aminoácidos como la tirosina. Las prostaglandinas son ácidos grasos cíclicos que se sintetizan a partir del ácido araquidónico. Normalmente, las hormonas que segrega una glándula se sintetizan en la misma; excepción clásica a esta regla es el lóbulo posterior de la hipófisis que solo sirve como reservorio de adiuretina que se forma en el hipotálamo.

En cuanto al transporte, la mayor parte de las hormonas circulan por la sangre asociadas a moléculas proteicas o bien libres. Las hormonas de naturaleza esteroide normalmente circulan asociadas a una proteína, del mismo modo la tiroxina circula asociada a una globulina específica; sin embargo las hormonas peptídicas circulan libre o débilmente asociadas a proteínas sanguíneas. La hormona unida a proteínas no puede penetrar en la mayoría de los compartimentos celulares y actúa como reservorio a partir del cual se libera la hormona libre. No se conocen proteínas portadoras específicas para insulina, glucagón, parathormona, calcitonina y todas las hormonas del lóbulo anterior de la hipófisis.


Normalmente, las hormonas son catalizadores de diferentes reacciones bioquímicas celulares. Provocan o inhiben determinadas reacciones enzimáticas; en las hormonas cuya acción se realiza predominantemente sobre la membrana celular no se produce una inactivación después de ejercer su acción sino que se desprenden de la membrana y vuelven de nuevo a la circulación general. Así, la insulina no se inactiva en la zona donde ejerce su acción, sino principalmente en el hígado y en el riñon.


Las hormonas peptídicas se descomponen, probablemente, en pequeños péptidos por proteasas específicas hasta convertirse finalmente en aminoácidos. De las hormonas esteroideas, sólo una pequeña parte se excreta como tales hormonas y en forma libre a través de la orina; la mayor parte se elimina por esta vía, en forma hidrosoluble, esterificadas
con ácido glucurónico, previa apertura de los dobles enlaces. La secreción hormonal no tiene lugar de manera uniforme y continua sino que se alternan periodos de secreción o pulsos con otros de reposo. Cuando la secreción varía ostensiblemente a lo largo del día se habla de ritmo circadiano, como es el caso del cortisol; si el ritmo cambia varias veces al día se denomina ultradiano, como la secreción pulsátil de GnRH. Existen ritmos más amplios, como sucede con las hormonas ováricas que presentan un ritmo mensual.

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